Emplazado en la cocurrida Rua de San Pedro 120, entrada del Camino de Santiago, y que alberga numerosos locales de nueva cocina.
El local tiene tres ambientes, un comedor en la entrada, un patio intermedio al aire libre con mesas y mesas para dos bajo cubierta en el pasillo qué conecta con el otro comedor en la parte posterior.
La carta no es muy extensa, con unos platos muy sabrosos pero de tamaño medio.
Dispone de un menú diario que cambia cada semana por 12,50€ pero no nos lo aconsejó el maitre diciéndonos que no se paraban mucho en él, "que era algo de batalla".
Probamos el Pan Bao, el crujiente de langostinos, la xarda asada, la picaña y las carrilleras.